Es verdad que hoy estamos todos más preocupados de ser más sustentables y cuidar el medio ambiente, pero “del dicho al hecho hay mucho trecho”. ¿Está realmente nuestro pensamiento alineado con nuestras acciones? Es hora de que seamos proactivos y sepamos cómo hacerlo.

Como chilenos generamos 16,9 millones de toneladas de residuos al año, de las que apenas reciclamos cerca de un 10%. Esto se debe a que el cambio de hábito y de conciencia es un cambio reciente en la población.

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Cada chileno genera unos 384 kilos de basura al año, bastante más de lo que lo hacen otros países de América Latina, con un promedio de 230 kilogramos, a los hay que sumarle los residuos industriales (10,4 millones), de acuerdo a datos del Ministerio del Medio Ambiente.

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En promedio una persona desecha 8 kilos de basura por semana, cuando hace 30 años una persona producía 2,8 kg de basura en el mismo período. Por lo mismo, hoy es necesario tomar más conciencia ya que pequeñas acciones generan grandes cambios.

Estas proporciones llaman la atención: para producir una tonelada de cartón se tienen que talar 14 troncos de árboles, pero si reciclamos una tonelada de papel estaremos salvando a 17 de ellos y estaremos ahorrando 7.000 litros de agua (equivalentes a 2 años de duchas de 5 minutos), 380 galones de petróleo y 4.100 kWh de energía.

Al recuperar 2 toneladas de plástico se ahorra una tonelada de petróleo, el reciclaje de vidrio ahorra un 20% de la contaminación atmosférica y un 50% de la contaminación de las aguas, mientras que la del papel disminuye el consumo de agua en un 86% y el de energía en un 65%.

Otras cifras importantes son que la energía que se ahorra al reciclar una lata de aluminio es suficiente para alimentar una ampolleta de 100 watts durante casi cuatro horas o a una televisión durante tres horas. Además, el reciclaje de acero ahorra suficiente energía cada año como para igualar la energía eléctrica utilizada por 18 millones de hogares en un año.

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¿Impactante, no? Como puedes ver lo que llevas a un punto limpio tiene mucho impacto en el mediano y largo plazo en el planeta. La acción de reciclar no sólo colabora en disminuir la cantidad de residuos que hay en vertederos y otros lugares menos apropiados, sino que también ayuda a disminuir la huella de carbono que generan estos residuos, además de convertirlos en materia prima que sirve para producir un nuevo producto, extrayendo menor cantidad de recursos del planeta.