Hace tres años en Copenhague, Dinamarca, Chile estipuló en el calendario de la Convención de Cambio Climático que para 2020 reduciría sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), responsables del calentamiento global, en un 20%. Pese a que nuestro país cuenta con la segunda menor tasa de emisiones de CO2 per cápita entre todos los países que componen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se puso la camiseta por un mundo más sustentable y comenzó a trabajar para cumplir la meta.
Cumplir el objetivo dentro de los siete años que quedan para el plazo, tendría un gran impacto para el bolsillo nacional. De acuerdo con un estudio realizado por el Boston Consulting Group (BCG), citado por el diario El Mercurio, la reducción del 20% de emisiones para la fecha pactada significaría un desembolso equivalente entre el 0,1% al 0,4% del PIB nacional anual, o sea, entre US$200 millones y US$650 millones. Sin embargo, si la meta se atrasa por 10 años, el país sería capaz de introducir nuevas iniciativas capaces de reducir aún más las emisiones. “No hay que actuar de forma apresurada. Hay que hacer bien las cosas, por lo que la reducción de las emisiones tiene que hacerse con sentido común y económico y, por sobre todo, que no hipoteque el futuro de la economía chilena”, indicó, Ramón Baeza, senior partner and managing director del BCG, consignado por el sitio Sustentare.
En una década, Chile podría ser capaz de incentivar políticas de forestación sin fines comerciales, materializar proyectos hidroeléctricos y promover la eficiencia energética a nivel de los usuarios y la industria, según detalla el informe, para ayudar a reducir aún más sus emisiones.
La huella cero comienza por casa
Desde el Norte Grande al Estrecho de Magallanes, Chile está lleno de bellezas naturales que cada día son amenazadas por el calentamiento global. Dado que esto es un problema que nos concierne a todos, no sólo a las empresas, nosotros también podemos comprometernos y hacerle frente a la situación, reduciendo nuestra propia huella de carbono, que mide las emisiones de CO2 que producimos.
De acuerdo con el sitio Ecointeligencia, a través de simples tips podemos reducir progresivamente nuestra huella. Para comenzar, recuerda desenchufar todos aquellos electrodomésticos que no utilizas, reemplaza las ampolletas normales por versiones de ahorro, usa la bicicleta o tus pies en vez del auto y cada vez que vayas a comprar lleva tu propia bolsa. Por último pero no por eso menos importante, las 3R: Reduce, Reutiliza, Recicla.