¿Has escuchado hablar sobre la inocuidad alimentaria? El término es cada día más popular debido a que gobiernos e instituciones lo han puesto en primera línea frente a la lucha contra las enfermedades. Su objetivo es velar por que los alimentos estén en óptimas condiciones antes de su consumo y así evitar problemas de salud.
Hoy sabemos que más de 200 enfermedades se transmiten a través de lo que comemos, entre ellas la Salmonella, Hepatitis A y Rotavirus. Es más, la Organización Mundial de la Salud estima que el 75% de las enfermedades infecciosas nuevas de la última década, tienen su origen en animales y sus productos. Por ello, las precauciones al manipularlos, prepararlos y almacenarlos, son tan importantes.
Aquí algunos sencillos consejos que pueden proteger tu salud y la de tu familia:
Lava siempre tus manos antes de manipular alimentos y desinfecta todas las superficies y utensilios previo a cocinar.
Separa los productos crudos y cocinados guardándolos en sectores o recipientes diferenciados. Cada vez que vayas a cambiar de ítem, como pasar de cortar el pollo a trozar el tomate, lava el cuchillo o cualquier herramienta que estés usando.
Cuece los alimentos completamente, especialmente carne, pollo, huevos y pescado. También hay que tener cuidado con las preparaciones líquidas, deja que alcancen un hervor de al menos 70°c.
Refrigera los alimentos preparados apenas enfríen, con dos horas a temperatura ambiente ya están en riesgo. Tampoco te descuides con los perecibles, siempre hay que mantenlos bajo los 5°c.
No guardes platos listos o productos perecibles por demasiado tiempo, incluso si están en el refrigerador también se descomponen y son potencialmente riesgosos.
Las materias primas que usamos son tan importantes como los cuidados al cocinar. Utiliza agua de fuentes confiables o envasada, y si no, hiérvela antes de usar. También fíjate que los alimentos que compres estés frescos o dentro de su periodo útil.
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