Los desechos son, sin duda, una temática muy presente en cada rincón del mundo y han volcado la vista de gobiernos, empresas y organizaciones internacionales para buscar soluciones efectivas y de largo plazo. Hoy, queremos mostrarles el caso de Suecia, que ha llegado a una solución tan eficiente que deben importar desechos desde otros países. A continuación te contamos por qué.

A partir de 1940, el estado sueco comenzó a implementar un programa de incineración de residuos con el que en la actualidad logran quemar anualmente más de 2 millones de toneladas de basura producidas por sus 9 millones de habitantes (Chile genera 6,5 millones de toneladas anuales, según el Min. De Medio Ambiente). Lo anterior, les permite entregar calefacción a más de 800 mil casas y energía eléctrica a otras 250 mil, es decir a aproximadamente un cuarto de los hogares suecos.

Estos 70 años de constancia han hecho que los suecos se comprometieran fuertemente con el proceso, convirtiendo el plan de reciclaje en algo muy eficiente. Sólo un 4% de los residuos llega a los vertederos, el resto se convierte en electricidad y en calefacción, lo que produjo que Suecia se quedara sin basura para reciclar o, como lo explicó Catarina Ostlund, de la Agencia Sueca de Protección Ambiental, el país tenía “más capacidad para reciclar basura que para producirla”.

Y la solución que encontraron los mantiene punteros en innovación: importar basura desde Noruega.

Parece increíble. Suecia resolvió comprar los desperdicios noruegos, transacción en la que se quedan con lo que se puede reciclar y envían de vuelta al país vecino los materiales no reciclables y las cenizas que se generan en el proceso. La solución ha funcionado, por lo que están pensando en seguir con este sistema e importar basura desde otros países europeos.

Este es sólo un ejemplo de por qué los estudios elevan a Suecia como uno de los países más sustentables del mundo. Se encuentra en el top 10 del Índice de Desempeño Ambiental y sus planes a futuro siguen esa línea: el gobierno continúa invirtiendo en iniciativas medioambientales, ya están construyendo ciudades sustentables y se están creando invernaderos verticales, entre otros proyectos. El futuro de Suecia, sin duda, está pintado de verde.

Por Javiera Pérez

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