Si lo pensamos, la tendencia a compartir el auto para ir a alguna parte ha sido un método utilizado desde siempre. Quién no ha llamado a un amigo para compartir un viaje largo o para que aprovechen de ir juntos si van a lugares cercanos, o en buen chileno, “hacer turno”. Al final, es una costumbre que todos tenemos, pero se nos hace extraño pensar en proponerlo en la oficina o la universidad.
Hoy en día esta tendencia se masifica con el nombre de carpooling (en español “compartir el auto) y nace en Estados Unidos con el fin de compartir el automóvil con una o más personas para trasladarse al lugar de trabajo o estudios. El auge de este sistema de transporte viene acompañado por la necesidad de disminuir el tráfico automotriz en la ciudad, que cada día se hace más intenso, además de contribuir a la disminución de gases contaminantes emitidos por los vehículos. Además, existen beneficios secundarios como conocer a nuevas personas que trabajen en la misma empresa y poder ahorrar gasolina al dividir el gasto entre quienes usan el auto.
Ayer se celebró el Día Mundial Sin Automóvil, que busca generar conciencia respecto a la contaminación que causa el uso excesivo del auto. La idea es que todos pensemos cuántas veces usamos el auto, si podríamos remplazar ese uso y de qué manera podría lograr dejar el auto estacionado para disminuir la congestión y contaminación en la ciudad.
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